Skylar Diggins-Smith, mujer y madre luchadora
Ser protagonista de la WNBA, cuatro veces elegida para el Juego de Estrellas y miembro del seleccionado de Estados Unidos no le ha dado a Skylar Diggins-Smith tanta notoriedad como haber jugado una tempora
Ser protagonista de la WNBA, cuatro veces elegida para el Juego de Estrellas y miembro del seleccionado de Estados Unidos no le ha dado a Skylar Diggins-Smith tanta notoriedad como haber jugado una temporada completa embarazada. La base de Dallas Wings, en ese momento con 27 años, disputó los 32 partidos de temporada regular y 1 de playoffs con el embarazo de su primer hijo en curso. Skylar decidió guardar esa información en secreto: “Solo yo, mi marido, mi madre y nuestra doctora sabíamos que estaba embarazada. Ni entrenadores, ni compañeras, ni fanáticos. Cuando nos enteramos, quise que fuera algo personal y no que lo supiera todo el mundo. Al principio no queríamos contarlo porque durante los primeros tres meses recomiendan ser más cautelosos ya que no sabés lo que puede pasar. Hablé con la doctora para decirle que quería seguir jugando, así tomábamos las precauciones necesarias para que yo estuviera sana y para que el bebé también lo estuviera. Hicimos todo lo correcto y ella me dijo que podía jugar y terminar la temporada. ¡Estaba tan cansada y exhausta! Soy la capitana del equipo y necesitaba asegurarme de tener energía para poder jugar muchos minutos, prácticamente todos los partidos completos. Me costaba levantarme a la mañana, pero debía mantenerme en buena forma física durante el embarazo. Jugué hasta los tres meses y medio de embarazo. Estaba tan bien físicamente que casi no se notaba la panza, excepto en unas pocas fotos del final de la temporada”.
A partir del nacimiento de Seven, nombre que eligieron por su origen bíblico, Diggins-Smith se metió de lleno en la lucha de las madres trabajadoras, especialmente las deportistas que deciden tener hijos: “Algunas personas creen que no podés ser madre y trabajar o ser una deportista. Es necesario el apoyo y la comprensión en tu trabajo u organización porque como madres tenemos necesidades especiales. En la WNBA no hay muchas jugadoras que seamos madres, creo que alrededor de 10 o 12, y no hay un buen sistema que nos contenga. Lo que quiero es continuar luchando y tener conversaciones para conseguir mejores condiciones de trabajo para las madres trabajadoras para el presente y el futuro. Levanto mi voz para que todo sea mejor para las próximas generaciones. Es importante que en este tema sensible haya más atención sobre las necesidades de las mujeres”.
La temporada 2019 de la WNBA no contó con la presencia de Diggins-Smith. La armadora de las Wings atravesó por un período de depresión posparto y priorizó su salud y la de su familia. Ahora que ha regresado a la actividad con el seleccionado de Estados Unidos que disputa el Pre-Clasificatorio Olímpico en Bahía Blanca, Argentina, la jugadora contó su experiencia en detalle: “Es algo que no se puede explicar. Son muchas emociones. No quería dejar a mi bebé, quería quedarme con él las 24 horas, los 7 días de la semana. Era duro para mí ir a entrenarme por 5 o 6 horas. Le daba el pecho a mi bebé y también necesitaba sacarme leche para dejarle alimento. A veces estaba muy emocional y lloraba sin saber porqué. Me sentía agotada. A veces no quería comer por dos o tres días. Quería dormir y no siempre podía. Me enojaba, me preocupaba, tenía miedos, quería asegurarme de que mi bebé estuviera bien. Mi matrimonio era genial, mis amistades también, pero es algo que no se puede explicar. Las emociones suben y bajan. Tenía un buen sistema de contención con mi madre, mi padre, mi marido y mis compañeras. Pero no de la organización de Dallas Wings. Pienso que no entendieron lo que necesitaba. En la franquicia hablaba con muchos hombres y creo que ellos verdaderamente no entendieron. Ni siquiera yo sabía todo lo que necesitaba, porque era mi primera vez. No hay un sistema acorde para contener a las mujeres que atravesamos por la depresión posparto. La salud mental es algo sensible y privado. Muchas mujeres pasan por la depresión posparto. Yo no quería contarle a todos por lo que estaba atravesando. Entonces, tuve que dejar el equipo para estar con mi bebé y cuidarlo. Todo fue día a día y él fue creciendo y poniéndose fuerte”.
Las deportistas que son madres no tienen un camino para nada sencillo de recorrer. Se encuentran con muchas dificultades. Ni las grandes estrellas pueden evitar pasar por situaciones poco agradables. Diggins-Smith hasta fue acusada de abandonar a su equipo. La base, como otras glorias del deporte, se encarga de visibilizar esta problemática: “La atleta Allyson Felix tuvo inconvenientes con su marca deportiva por quedar embarazada; Serena Williams habló muchas veces públicamente sobre las madres deportistas y cómo tuvo que luchar para volver al circuito de tenis; Sanya Richards-Ross tiene un blog en el que escribe sobre la maternidad. Mucha gente no entiende que es posible ser madre y trabajar y se cuestionan sobre quién está cuidando a nuestros hijos. Podemos hacer las dos cosas. Algunas veces llevo a mi hijo al gimnasio y él mira cómo me entreno o trabajo con pesas. Por supuesto que otras veces se queda con mi marido, que es el padre de nuestro hijo. Es algo que todavía estamos aprendiendo, ya que soy madre hace menos de un año. Intento mejorar y visibilizar la situación para que se hable sobre nuestras necesidades”.
Otra lucha a la que Skylar le pone el cuerpo es a la disparidad de género que existe en el deporte profesional. La diferencia de salarios, beneficios y reconocimiento que hay, por ejemplo, entre los jugadores de la NBA y las jugadoras de la WNBA es enorme. Así lo cuenta ella: “La paridad de género es algo por lo que luchó fuerte y muchas mujeres lo hacen. Estamos trabajando con la Asociación de jugadoras. Entendemos cómo funciona el negocio y estamos buscando maneras de generar más ganancias. La WNBA necesita más recursos, más acciones de márketing, más exposición en televisión y más ingreso de dinero. Para crecer necesitamos tener las mismas posibilidades que los hombres. Para que haya más espectadores en los partidos hacen falta más recursos, más publicidades, más promoción. Con todo eso más gente mirará los partidos y asistirá a los estadios. Entonces, la competencia generará más dinero y nos pagarán más”.
Si bien falta una gran cantidad de cambios para acercarse al equilibrio, Skylar valora el apoyo de sus colegas de la NBA: “Los jugadores varones están haciendo un gran trabajo para acompañarnos. Los que no entienden esta situación son algunos jugadores jóvenes, pero los más experimentados nos ayudan. Chris Paul, que es la cabeza de la Asociación de jugadores, LeBron James, Damian Lillard y Dwyane Wade han alzado su voz sobre esta problemática y han venido a ver partidos de la WNBA para apoyarnos”.
En esta sede del Pre-Clasificatorio Olímpico, de los cuatro equipos participantes hay tres con entrenadores principales hombres (Leonardo Costa en Argentina, José Neto en Brasil y en Luis Cuenca Colombia) y solo uno encabezado por una mujer (Cheryl Reeve en Estados Unidos). Un escenario similar, o aún más desparejo, se observa en la liga femenina más importante del mundo. “Hay más entrenadoras mujeres trabajando en la NBA que en la WNBA. Me gustaría ver más mujeres dirigiendo en nuestra liga. Para nosotros es genial tener a una mujer como coach principal del seleccionado de Estados Unidos, estamos encantadas de tener a Cheryl Reeve, quien junto a la entrenadora Dawn Staley nos acompañarán en los Juegos Olímpicos de 2020”, cuenta Diggins-Smith.
Aguerrida, luchadora, comprometida y estrella. Todo eso describe a Skylar Diggins-Smith, que tiene una claridad de conceptos y una sensibilidad que invitan a prestarle mucha atención.
Pablo Cormick
FIBA