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    Pamela Rosado, lista para dirigir el sueño olímpico de Puerto Rico

    Celebrando más de 17 años representando a Puerto Rico con la Selección Nacional de Baloncesto, Pamela Rosado está lista para subir al más alto escalafón del deporte; unos Juegos Olímpicos. Es un logro que

    EDMONTON (Canadá) — Celebrando más de 17 años representando a Puerto Rico con la Selección Nacional de Baloncesto, Pamela Rosado está lista para subir al más alto escalafón del deporte; unos Juegos Olímpicos. Es un logro que sellaría su legado como una de las mejores canasteras de la isla y la región.

    La veterana de 33 años es la capitana de una escuadra boricua que se encuentra de lleno en la búsqueda de la clasificación a Tokio 2020. Siendo la mayor del equipo, Rosado comienza a pensar en dejar un legado que incluye todo, excepto un pasaje olímpico.

    “Sería cerrar —a lo mejor— mi carrera con lo último que me falta para entrar en todos los ciclos de todos los torneos habidos en el baloncesto femenino. Sería un gran honor para nosotras poder clasificar,” dijo Rosado desde Edmonton.

    Puerto Rico viene de terminar justamente fuera del medallero en el AmeriCup femenino, [cuarto lugar], durante el mes de septiembre pasado. Allí, pudieron vencer a dos rivales, Cuba y República Dominicana, que enfrentarán nuevamente ahora en Canadá como parte del Torneo Pre-Clasificatorio Olímpico. Hace dos meses en el AmeriCup, Rosado estuvo impecable, siendo líder en puntos para su equipo con 9.5 por juego, batallando en las tablas para recuperar 4 rebotes por partido y repartiendo el juego eficientemente con 4.7 asistencias para un índice de eficiencia de 11.5, el mejor por las boricuas.

    “No [fue] lo que esperábamos, esperábamos una mejor actuación en general como grupo. Teníamos como meta estar entre los primeros tres, no pudimos hacerlo, pero a pesar de eso pudimos clasificar cuartas que yo creo que era una gran posición para los grupos que habían allí, expresó Rosado antes de abrir el torneo en Edmonton este jueves con 16 puntos y 6 asistencias en el holgado triunfo de Puerto Rico 108-59 sobre las dominicanas

    Pamela y compañía necesitan terminar entre los primeros dos lugares de este grupo para mantener vivas sus aspiraciones a Tokio 2020. Según la armadora, la clave es el juego en conjunto y nunca subestimar al rival.

    “Hay que venir a jugar los 40 minutos, defender y trabajar juntas para poder lograr ganarle a Dominicana y el próximo partido trabajarlo bien duro con Canadá. Sabemos que no hemos podido ganarle en varios años. [Entonces] volver con Cuba y hacer lo mejor posible, no confiarnos será la clave, a pesar de que hemos tenidos grandes victorias frente a ellas”, explicó Rosado minutos antes de tomar la cancha para el partido inaugural.

    En este equipo Pamela es la armadora, la veterana, la capitana. Como corre ella corren las boricuas. Se trata de dirigir la caballería de las 12 guerreras, exigirles el máximo y tomar las decisiones difíciles en el momento más complicado, y Rosado lo sabe.

    “Aquí Pamela no es la más que anota, Pamela no es la más que juega. Simple y sencillamente es llevar el equipo, hacer que mis jugadoras sean mejores y yo creo que tanto dentro como fuera de la cancha ellas han demostrado que se están haciendo bien las cosas. Para mí siempre ha sido un honor llevar mi equipo, no importa al final lo que obtengamos, lo bonito de esto es que trabajemos juntas por Puerto Rico”, aseguró la titular base.

    Sin duda la tropa dirigida por Gerardo “Jerry” Batista ha demostrado tener una trayectoria favorable en los últimos dos años. En 2018, el programa logró la clasificación a su primera Copa del Mundo en Tenerife y en el verano pasado lucharon por una respetable medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, todo, de la mano de Rosado quien ha exhibido una condición física envidiable a lo largo de ese periodo.

    “Me siento muy bien, tengo que decir que me siento mucho mejor que antes”, dijo Rosado. “La preparación que ha venido de hace año y medio atrás con el preparador físico Fabián Amaya ha sido muy buena. Yo creo que eso es la diferencia en lo que es Pamela ahora versus lo que ha sido Pamela en los torneos anteriores. Me ha preparados tanto física como mentalmente y yo creo que esa es la clave”.

    Ahora, Rosado se enfoca en cerrar con broche de oro una carrera que ya se mira bastante lustrosa. La jugadora atraviesa por uno de los mejores momentos de su vida, evidente por su desempeño en la liga de Baloncesto Superior Femenino de Puerto Rico, donde recientemente celebró su segundo campeonato con el equipo de Manatí.

    La clave para el éxito de Rosado, sin embargo, ella siempre lo resalta al esfuerzo colectivo más que en sus pulidas destrezas individuales. “Fue una temporada espectacular. Definitivamente era el tiempo ya de obtener un campeonato. Tenía un gran grupo un gran núcleo de jugadoras que sabían reconocer su rol entre ellas dos compañeras del equipo nacional, Jazmon Gwathmey y Deanna Kuzmanic, que definitivamente dejaron todo el individualismo a un lado incluyéndome y trabajamos en equipo para obtener el fin común”.

    Con una carrera internacional que comenzó en 2004 y que no carece de logros, Rosado se ha convertido en un referente del deporte femenino en la isla del encanto. Un sentimiento que la carismática puertorriqueña de 5’5’’ no toma a la ligera. “Para mí ha sido un honor enorme, un orgullo inmenso poder representar los colores de mi patria frente al mundo y yo creo que eso es lo más bonito que un atleta pueda hacer en toda su carrera. Bien contenta y bendecida de que Dios me haya permitir representar a mi país”, acotó Rosado.

    Emmanuel Márquez
    FIBA

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