Piculín Ortiz (Puerto Rico)

Solamente es cuestión de pocos años para que el pívot puertorriqueño José Ortiz, “Piculín”, ingrese al Salón de la Fama de FIBA, inaugurado recientemente en la ciudad española de Alcobendas, en la provincia de Madrid, debido su éxito arrollador en el básquetbol internacional, tanto a nivel de clubes como de Selecciones Nacionales.

Después de debutar en el Torneo Superior de Puerto Rico, con los Atléticos de San Germán, en 1981, él decidió ingresar en la NCAA, jugando con Oregon State University, en el PAC-10, en 1985, siendo escogido el Jugador Más Valioso de dicha Conferencia en 1987, por encima del mítico Reggie Miller, de UCLA Bruins, lo que le concedió ser elegido en el puesto 16 en el sorteo colegial por Utah Jazz.

Sin embargo, con antelación a su entrada a Utah, él, nacido el 23 de octubre de 1963, en la ciudad de Aibonito, iniciaría sus pisadas gloriosas en el básquetbol europeo, comenzando con Cai-Zaragoza, en la Liga ACB, de España, donde posteriormente jugaría con Real Madrid, sin conseguir grandes cotas; pero llegaría a Barcelona, donde sí luciría a gran altura, siendo el héroe en la consecución del título de la Copa Korac.

Piculín terminaría su participación en suelo español con Andorra, Unicaja de Málaga y finalmente con Ourense, cuando se encontraba en sus treinta picos de almanaques.

Así mismo, probaría fortuna en Grecia, en la Primera División, con Larisa; Iraklo, en la isla de Creta; Aris Salónica y acabando en Paok.

En todo su peregrinar por el Viejo Continente, Piculín se erigiría como un portentoso anotador, aprovechando su agilidad en su cuerpo de 6’11”, y con los años se convertiría en un excelente reboteador y pasador.

En su palmarés con el Equipo Nacional, aparecen varias medallas de oro, plata y bronce en justas regionales, tales como Torneos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Premundiales y Preolímpicos; más destacadas actuaciones en Campeonatos Mundiales, como el de Argentina, en 1990, con un cuarto lugar; y en Olimpiadas, tales como las de Seúl, en 1988, y la de Atlanta, en 1996, cuando estaba en el esplendor de su carrera.

Luego de decidir que no volvería a Europa, Ortiz jugó como refuerzo en Venezuela con el quinteto Guaiquiríes de Margarita, que fuese dirigido por su coterráneo Julio Toro, con quien alcanzó varios títulos con los Cangrejeros de Santurce.

Sin embargo, en loe Juegos Olímpicos de Atenas, en 2004, con 40 años, reafirmó su calidad y fama al ser eje en la sorprendente victoria de Puerto Rico sobre el Dream Team de Estados Unidos, formando un núcleo valioso junto con los defensas Carlos Arroyoualmente con Orlando Magic; y Larry Ayuso, y el dentro Daniel Santiago, que ha jugado en la NBA, con Phoenix y Milwaukee, y en Italia y España.

Con anterioridad, en el Campeonato de Las Américas celebrado en San Juan, Piculín destrozó las aspiraciones de Canadá, capitaneado por Steve Nash, de viajar a Grecia, al anotar 21 puntos, atrapar diez rebotes, repartir 11 asistencias y conseguir siete tapones. 

En su trajinar en la liga puertorriqueña, tenía promedios de 18.8 tantos, 11.0 rebotes, 2.2 asistencias y un robusto 60 % en tiros de campo.Considerado el mejor baloncelista de su país de todos los tiempos, Piculín está dispuesto a retirarse como jugador, sabiendo que es una leyenda viviente y uno de los mejores embajadores con que podría contar FIBA en el mundo.