En Capitanes de México se habla en español
Aunque la propia constitución nacional de los Estados Unidos Mexicanos, o simplemente México, no lo indique oficialmente en su texto, y más allá de que aun hoy existen en este país más de 60 lenguas utiliz
Aunque la propia constitución nacional de los Estados Unidos Mexicanos, o simplemente México, no lo indique oficialmente en su texto, y más allá de que aun hoy existen en este país más de 60 lenguas utilizadas por comunidades aborígenes originarias, el idioma que emplea la amplia mayoría de sus 120 millones de habitantes es el español. De hecho, México es el país con más hispanoparlantes del mundo.
Sin embargo, si hoy alguien se arrima, por ejemplo, a un tiempo muerto de un equipo de básquetbol de ese país y escucha cómo se comunican entre los protagonistas, pondría en duda los datos escritos en el párrafo anterior. Es que el aterrizaje de una gran cantidad de jugadores estadounidenses, que además logran la nacionalidad mexicana por algún parentesco, superpobló a la mayoría de los equipos profesionales y hace lógico que el idioma de comunicación sea el inglés.
Cuando se decidió el armado del plantel de Capitanes de Ciudad de México, su propietario principal, Moisés Cosío, lo tuvo claro: “Quiero que en este equipo se hable en español, que los entrenamientos y la órdenes se den en español”. El empresario reconoce que “fue una toma de posición, una postura, desde el nacimiento del equipo y el motivo está relacionado con nuestra idea de lograr una unión entre Capitanes y la gente de la ciudad. Para lograr esa integración consideramos que es clave tener jugadores mexicanos, nacidos en México y que hablen nuestro idioma. Queremos jugadores de nuestro país, no que estén de paso”.
A su vez, el entrenador, el español Ramón Díaz, admite que ese fue un tema que se trató cuando Capitanes le ofreció el cargo. “El entendimiento fue inmediato, porque llegué a esa primera reunión con la premisa de conformar una plantilla en la que los mexicanos fueron mayoría. Por eso, cuando armamos el equipo, la columna vertebral la hicimos con jugadores criollos, ya que buscamos darle una identidad dentro y fuera de la cancha”.
Díaz estuvo cuatro años como asistente de su compatriota Sergio Valdeolmillos en la selección mexicana y eso le permitió comprobar “la pasión que el mexicano siente por su selección, que llevó a que se batieran récords de público para FIBA Américas. Eso no se da en los clubes, en parte, porque no hay identificación con algunos jugadores. No podemos pedirle a la gente que se comprometa con el equipo, si los jugadores llegan y se van sin comprometerse ellos, ni con el equipo, ni con la ciudad”.
Para el entrenador español, “el problema de la llegada masiva de pochos (jugadores nacidos y formados en Estados Unidos, pero con antepasados mexicanos, que no ocupan ficha de extranjeros) es más profundo, no es de la Liga Nacional. Es de la estructura del baloncesto mexicano, que no se preocupa por invertir en escuelas de baloncesto y en trabajar con las categorías menores. Eso hace que no haya jugadores disponibles. Por eso hay que ir a buscarlos a Estados Unidos. Así, los forman en otro país y esa formación les sale gratis. Pero cuidado, porque detrás de los jugadores actuales, no hay nada”.
El ala-pivote Héctor Hernández es una de las figuras criollas en las que se sostiene el equipo de la ciudad de México y deja en claro estar “muy feliz de ser parte del proyecto de Capitanes, que confía en el jugador mexicano y en la formación de jugadores mexicanos. Es política de la organización conformar un buen grupo humano, contar con buenos jugadores, pero que además estén comprometidos con el equipo. En un grupo humano donde haya diálogo y que se lleve bien, es más fácil conseguir objetivos. Aunque seamos compañeros de trabajo, debemos comportarnos como una familia. Que todos los jugadores hablemos en español es fundamental para comunicarnos y para relacionarnos”.
Para las cuatro plazas de extranjeros que permite la Liga de las Américas, Capitanes escogió jugadores latinos: los dominicanos Rigoberto Mendoza y Luis Montero, el panameño Ernesto Oglivie y el cubano Ismael Romero. Hernández también ve con buenos ojos que los refuerzos sean todos latinos, ya que “nos unen las mismas o muy similares raíces culturales. Los latinos somos más cercanos, más cálidos en la forma de vida y eso ayudó en la interna del grupo y en lo que el equipo consiguió hasta ahora”.
Tiempo atrás Hernández expresó sus críticas hacia la amplia incorporación de pochos en los equipos de la Liga Nacional de México. “El proyecto de Capitanes, de apostar por el jugador mexicano es valorable. Nos ayudamos entre las dos partes: nosotros colaboramos con la organización para cumplir sus objetivos y ellos nos dan trabajo. Así salimos ganando las dos partes. Como jugador mexicano me siento considerado por esta organización. Entre los jugadores mexicanos tenemos que apoyarnos, sobre todo, pensando en las generaciones siguientes, para que puedan desarrollarse, como atletas y como personas”, señaló el jugador nacido en Chihuahua.
Los 14 años (2003-2017) de trayectoria en la selección mexicana le otorgan a Pedro “Pery” Meza la autoridad suficiente como para opinar sobre el tema. Para el armador de 33 años, “Capitanes sale de lo común en la LNBP, porque apuesta por el jugador mexicano. No siguió el camino de la mayoría de los equipos que contratan muchos jugadores formados en Estados Unidos, aunque con lazos mexicanos. Es un ejemplo que ojalá se repitiera en otros equipos, como defensa del básquetbol de nuestro país”.
Cuando se le menciona a Meza que aquel equipo de México que ganó el Torneo de las Américas de 2013 contaba con cinco jugadores no nacidos en México, el oriundo de Culiacán, argumenta: “pero la mayoría de esos jugadores dieron muchas demostraciones de estar comprometidos con la selección, con el básquetbol mexicano y hasta con el país. No estoy en contra de que participen en la LNBP jugadores extranjeros con nacionalidad mexicana. Solo pretendo que también se le den oportunidades al jugador mexicano y se lo trabaje y se lo apoye para su evolución”.
Meza advierte que “los equipo mexicanos deben ocuparse del desarrollo de los jugadores jóvenes del país para cuidar su futuro. De lo contrario tendremos problemas con el recambio generacional y eso complicará las aspiraciones de México para estar en el alto nivel en los próximos años”.
Alejandro Pérez
FIBA