Rafael ''Pachy'' Cruz, Capitán de Capitanes
Capitanes de Arecibo es el único equipo que participó de todas las ediciones de la Liga de las Américas. Hay un protagonista que, desde aquel inicio en la temporada 2007/2008 hasta este 2019
Capitanes de Arecibo es el único equipo que participó de todas las ediciones de la Liga de las Américas. Hay un protagonista que, desde aquel inicio en la temporada 2007/2008 hasta este 2019, tuvo asistencia casi perfecta. Ese es Rafael “Pachy” Cruz. El actual entrenador del equipo boricua disputó seis ediciones como jugador, estuvo en uno como asistente técnico y ya lleva cuatro como entrenador principal. “He tenido la bendición, afortunadamente, de estar en muchas ediciones de la Liga de las Américas. He visto crecer el torneo mientras yo también crecía. Haber estado desde la primera como jugador y disfrutar del desarrollo de Capitanes como franquicia fue importante. Recuerdo que llegamos con expectativa y a partir de ahí, cada año lo tomamos como un reto para medirnos cómo está el baloncesto de nuestro país. Desde que soy entrenador, es el mismo reto pero lo que ha cambiado es la mentalidad con la que afronto los partidos. Definitivamente, es una competencia sumamente bonita. Te permite ver otras culturas, cómo se juega en los diferentes países, analizar fortalezas y debilidades de los otros equipos y medir tus posibilidades. Espero seguir participando de este torneo por mucho tiempo”, dice el coach.
En cada edición de la Liga de las Américas que disputó como jugador Cruz lució, como en prácticamente toda su carrera, el número 13 de Capitanes de Arecibo. Hoy, esa camiseta está retirada tras haber sido utilizada 20 años por quien fuera el base del equipo entre 1994 y 2013. Del certamen inaugural del torneo continental en la temporada 2007/2008, Pachy tiene un grato recuerdo: “Estaba muy emocionado de poder enfrentarme con los campeones de diferentes ligas del continente. Para nosotros era un premio y un honor poder medirnos ante los mejores. De hecho, cada año sigue siendo igual de emocionante. Siempre tenemos la expectativa de ver contra quiénes nos enfrentaremos y tratamos de prepararnos muy bien”.
2014 fue el único año en el que Cruz no estuvo ligado a los Capitanes de Arecibo. En su último año como jugador, el vigesimoprimero como profesional, vistió la camiseta de Atléticos de San Germán. Tras esa campaña, anunció su retiro y se unió al cuerpo técnico de Omar González, ya de regreso en su casa, en la Villa del Capitán Correa. “Cuando tomé la decisión de retirarme como jugador, el señor Luis Monrouzeau, apoderado del equipo, me acogió y me dio la posibilidad de estar como asistente. Aprendí muchísimo. Al principio fue difícil porque el espíritu de jugador y de competidor trataba de salir a la superficie. Luego apareció la oportunidad de estar al mando de este gran equipo y la tomé. Siempre trato de dar lo mejor de mí y de trabajar lo mejor que pueda, ya que este grupo no se merece menos. Todos los días aprendo algo. Cuando sienta que eso ya no pasa, será el día en el que deba dejar el juego. Todavía tengo el fuego necesario para intentar descifrar al oponente y tratar de poner a mi grupo en la mejor posición posible para ganar. Definitivamente, me apasiona muchísimo”, dice Cruz.
Cuando tomó el cargo de entrenador, Pachy debió dirigir a jugadores que habían sido sus compañeros. David Cortés fue uno muy especial, ya que habían compartido equipo durante 13 años. “Fue muy bonito. Desde que estoy al mando del equipo consideré que es fundamental el respeto y la comunicación. Ese era un grupo de excelentes profesionales que me ayudaron a que la transición fuera mucho más fácil y David fue parte importante de ese momento”, cuenta Cruz.
Ya con tiempo suficiente en los dos roles como para poder tener una visión clara de la situación, Cruz analiza qué tarea le resulta más ardua: “El rol de jugador era un poco más fácil, pues te preparabas físicamente, seguías las directrices y jugabas. Después, te ibas a descansar. Ser entrenador es mucho más complejo, estás las 24 horas de cada día pensando en baloncesto. Si el día tuviese 25, pues serían las 25. El reto mental de un entrenador es más extenuante que el desafío físico como jugador”.
Las mejores actuaciones de Capitanes de Arecibo en la historia de la Liga de las Américas fueron en 2010/2011 y en 2013 cuando accedió al Final Four. En ambas ocasiones Pachy Cruz fue protagonista adentro de la cancha. Desde el lado de afuera, aún no pudo acceder a esa instancia. En 2019 estuvo cerca, pero su equipo quedó eliminado en la fase de semifinales disputada en Buenos Aires. “Como jugador tuve la dicha de poder llegar hasta el Final Four, que fue algo muy grande para nosotros. Como entrenador, espero seguir creciendo y poder llegar a una definición del torneo. Hasta el momento me fue mejor como jugador, pero espero que la historia se siga escribiendo”. Esa historia que asocia directamente a Cruz con Capitanes, algún día puede llegar a su fin. Mientras tanto, él disfruta del camino: “Somos aves de paso. Debemos aprovechar el tiempo que nos toca estar para representar a la organización, y en mi caso al pueblo del que soy, con dignidad. Cuando yo ya no esté aquí, los Capitanes de Arecibo seguirán representándonos muy bien. Me gusta muchísimo poder defender los colores de mi pueblo y la muy buena relación que tengo con Luis Monrouzeau. No me veo fuera de Arecibo pero uno nunca dice nunca. En un futuro me gustaría dirigir en el exterior para tener un reto diferente, aprender de otras culturas y así tener un crecimiento profesional. Pero en Puerto Rico soy Capitán y seguiré siendo Capitán”.
Esa rica trayectoria como jugador y entrenador tiene un origen familiar bien claro. Joe y Marijulia, que jugó diez años en el seleccionado de Puerto Rico, son sus hermanos mayores. Con 12 y 9 años de diferencia fueron sus guías en el deporte de la pelota naranja. “Iba a todas las prácticas, me metía en los tiempos muertos a lanzar al aro, estaba siempre ahí. Mis hermanos jugaban al baloncesto y yo crecí tratando de emularlos. A los 4, 5 años ya dribbleaba el balón y lanzaba en el cesto de mi casa. Jugué todas las categorías menores de Puerto Rico. A los 14 años me dieron la oportunidad de firmar con Capitanes para ya jugar con hombres. Viví todo el crecimiento de la franquicia, desde aquellos años difíciles hasta hoy que somos uno de los mejores equipos del país. Estar 20 años en el equipo del pueblo, retirarse y al poco tiempo pasar a estar al mando, es algo que si uno sueña y escribe no sale tan bien. El baloncesto es mi vida y mi pasión”. Capitanes de Arecibo tiene un emblema y ese es Pachy Cruz, su Capitán de Capitanes.
FIBA
Pablo Cormick