La aparición del Trofeo Naismith permite a los aficionados de España celebrar nuevamente su título

JAEN (Spain) - Una sensación de déjà vu se apoderó de España el lunes cuando la selección masculina venció a Georgia en su segundo partido de los Clasificatorios Europeos para la Copa del Mundo de Baloncesto 2023 en Jaén, una ciudad de la comunidad autónoma de Andalucía.

Exactamente hace cuatro años, España se embarcó en un viaje similar, uno que le llevó a la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA en China. En el Lejano Este, el equipo más dominante en la última década y media del baloncesto europeo fue el único que terminó invicto de los 32 participantes, ganando consecuentemente el Naismith Trophy.

Sin embargo, para llegar al evento en China, España tuvo que competir y sobrevivir en numerosos campos de batalla. Los españoles habían ganado su primer Clasificatorio Europeo en Montenegro en Podgorica el 24 de noviembre de 2017, y lo siguieron con una victoria sobre Eslovenia en Burgos.

Pasarían a jugar otros 10 partidos de clasificación en cinco ventanas más.

Veintinueve jugadores, o héroes, participaron y ayudaron a España a ganar 10 de 12 partidos para hacerse con un puesto en China.

Además de ganar en Montenegro, España logró victorias como visitante en Bielorrusia (Minsk), Eslovenia (Ljubljana) y Letonia (Riga), mientras que en casa saborearon el triunfo en Zaragoza, Málaga, Madrid y Tenerife (dos veces).

Twenty-nine players helped Spain qualify for the World Cup that was staged in China in 2019

Las derrotas en Ucrania y Turquía fueron las únicas imperfecciones en una campaña de clasificación en la que España tuvo dos jugadores, Quino Colom y Sebastián Sáez, vestidos de corto en los 12 partidos.

Colom y otros tres jugadores que estuvieron en los encuentros de clasificación, Javier Beiran, Xabi Rabaseda y Juancho Hernangomez, luego entraron en la plantilla final de la Copa del Mundo de España que incluía a otros que habían alcanzado previamente el podio en eventos importantes.

Entre ellos se encontraban Rudy Fernández y Marc Gasol, un dúo que había brillado para el país cuando ganó el Mundial de Japón 2006, y Ricky Rubio, que había capturado la imaginación del baloncesto europeo cuando era joven y jugó en su primer gran torneo en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Tomando un enfoque humilde, partido a partido, España derrotó a Túnez, Puerto Rico e Irán en la Primera Ronda y luego a Italia y Serbia para llegar a la ronda eliminatoria.

En los cuartos de final, España venció a Polonia y luego sobrevivió en un thriller de doble tiempo extra contra Australia, un encuentro en el que los españoles iban perdiendo por 11 puntos pero que ganaron por 95-88.

En la final de la Copa del Mundo contra el legendario Luis Scola y Argentina, España irrumpió en la victoria, ganando 95-75. Rubio fue nombrado MVP de la Copa del Mundo y Gasol llegó al Quinteto Ideal.

En los momentos posteriores al triunfo sobre Argentina, a Rudy Fernández, el capitán, se le entregó el brillante Trofeo Naismith, que está hecho íntegramente de oro. Lo levantó con sus compañeros de equipo, en lo alto del podio para desencadenar la mayor de las celebraciones.

Fernandez lifted the Naismith Trophy in China after Spain's triumph in the World Cup Final in 2019

Los artífices y todo el mundo del baloncesto español que tuvieron la suerte de estar en Jaén el lunes por la noche para el segundo Clasificatorio Europeo para la próxima Copa del Mundo tuvieron la oportunidad de ver el Trofeo Naismith, que cuenta con un cuadro de honor con la lista de todos los campeones del mundo.

El trofeo también tiene un aro dorado con la inscripción 'Federation Internationale de Basketball Amateur', el nombre original de FIBA, una marca que lo identifica como un trofeo oficial, características que le dan un mayor sentido de tradición y prestigio.

The Naismith Trophy in Jaen, Spain 

Mientras los espectadores miraban el trofeo que lleva el nombre del hombre que inventó el baloncesto en 1891, James Naismith, ganaron una nueva apreciación por los logros de su país. Acariciaban, aún más, la apuesta por la excelencia de tantos en España que habían acabado con el país en lo más alto del podio.

Ver el premio final el lunes también alimentó el hambre de los jugadores, entrenadores y aficionados tanto de Georgia como de España, de llegar primero a la Copa del Mundo de 2023, que se disputará en Indonesia, Japón y Filipinas, y luego volver a ganarla.

 FIBA