Con drama al final, Puerto Rico logró su boleto a China 2019

SAN JUAN (Clasificatorios de las Américas a la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA 2019)- En Puerto Rico se sufrió, pero al final se obtuvo la recompensa. La selección puertorriqueña está por derecho propio en una nueva Copa del Mundo FIBA, aunque lo tuvo que batallar literalmente hasta el último segundo.

En un dramático partido con un final de película, Puerto Rico se hizo del último boleto para la cita mundialista de China 2019 al superar el lunes, 65-61, a Uruguay ante un coliseo Roberto Clemente repleto de fanáticos en la capital puertorriqueña.

De esta manera, los boricuas regresan al máximo escenario del baloncesto internacional, al cual han tenido asistencia perfecta desde España 1986, y suma su decimocuarta Copa del Mundo desde 1959.

“Un juego que se esperaba, luchado. De muchas emociones, intensidad. Tuvimos algo de mala suerte en algunos lanzamientos. Fue un buen de trabajo el que ellos hicieron. Tardamos en caer en ritmo. Sabíamos que íbamos a ganar a la larga, pero no fue fácil”, destacó Eddie Casiano, dirigente de Puerto Rico, en la conferencia de prensa.

Los boricuas se recuperaron de un lento comienzo en el primer parcial cuando cayó, 19-9, ante un aguerrida Uruguay. No obstante, todo cambió en el segundo parcial y el resto del partido se convirtió y en un toma y dame.

“Creo que Uruguay vendió muy cara la derrota, hasta el último segundo dio la cara. Hicimos un trabajo encomiable en el lado defensivo. Nuestro porcentaje fue muy bajo para un juego de este nivel. Agradecido con la Federación uruguaya y los jugadores”, expresó Rubén Magnano, quien se hizo cargo de la Celeste en las últimas dos ventanas.

Gary Browne lideró a Puerto Rico con 16 puntos, mientras Gian Clavell coló 13 unidades y John Holland 11. Uruguay tuvo como su referente a Esteban Batista (19 puntos y nueve rebotes), mientras Gustavo Barrera coló 14 tantos para los sudamericanos, que se quedaron cortos de regresar a una Copa del Mundo por primera vez desde 1986.

Luego de 30 minutos de mucha intensidad, Puerto Rico entró al segmento decisivo arriba, 48-41. De la mano de Clavell, los isleños amenazaron con irse en escapada, 50-41, pero triple de Bruno Fitipaldo le dio nueva vida a Uruguay, 50-44.

El juego alegre de Puerto Rico volvió a escena y como había sido costumbre en los pasados encuentros en el coliseo Clemente, Clavell volvió a lucir en el cuarto parcial. Con triple y tres tiradas libres consecutivas, el escolta puso a gozar a las gradas, 58-45, con 3:28 por jugar.

Uruguay no viajó lejos para rendirse temprano. Barrera se puso a todo un país sobre sus hombros y con siete puntos de su autoría, la Celeste tocó a las puertas, 59-54, con 1:34 en el reloj.

Dos tiradas libres de Bruno Fitipaldo puso con los nervios de punta a la fanaticada, 59-56. Pero Clavell no iba a decepcionar en un escenario que parece quiere patentizar con jugadas para la historia. En el uno contra uno, Clavell atinó un triple para hacer explotar el coliseo, 62-56, con 54.1 segundos.

Pero el partido estaba lejos de terminar.

Parodi consiguió un canasto de tres para seguir con vida, 63-61, con 27.0 segundos. En la siguiente posesión, Huertas anotó uno de dos tiros libres, lo que abrió la esperanza visitante, pero Parodi no pudo convertir en esta ocasión ante la defensa boricua y Holland selló el triunfo con una tirada libre para comenzar la fiesta boricua.

Al comienzo del partido, Uruguay no se dejó intimidar en una instalación repleta de seguidores boricuas. Parodi se vio suelto en la cancha y con cinco puntos seguidos puso a los charrúas en control, 19-9, luego de los primeros 10 minutos.

Puerto Rico, que estuvo casi ocho minutos sin anotar de campo, controló con la dupla de Browne y Holland y el propio Holland logró un espectacular donqueo que alborotó el estadio y dejó el marcador, 32-26, en el intermedio. Puerto Rico se llevó el segundo parcial, 23-7, luego de haber caído malamente en el primero.

Luego de dos primeros parciales diametralmente opuestos, Puerto Rico y Uruguay se enfrascaron en una batalla campal en los siguientes 10 minutos, aunque el local seguía con ventaja, 46-41, después de 30 minutos.

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