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    Cuba y Estados Unidos en los Juegos Panamericanos del 91’

    El 3 de agosto de 1991, 15,000 espectadores inundaron el Coliseo de la Ciudad Deportiva para ver el partido entre Cuba y Estados Unidos como parte de los Juegos Panamericanos.

    El 3 de agosto de 1991, 15,000 espectadores inundaron el Coliseo de la Ciudad Deportiva en La Habana esperando darle el mejor regalo de cumpleaños a su Presidente Fidel Castro, una victoria de Cuba sobre la selección nacional de baloncesto de los Estados Unidos.

    El partido sirvió de apertura para los Juegos Panamericanos de ese año, evento que hasta hoy es el más grande conglomerado deportivo realizado en suelo cubano. 

    Contando con 22 puntos de Jim Jackson y otros 19 de Christian Laettner, los norteamericanos abrieron su torneo ganando cerradamente 92-88, ante una competitiva selección cubana que inclusive dominó el intermedio 50-47.

    Para este compromiso, la delegación de los Estados Unidos ensambló un conjunto exclusivamente compuesto con jugadores colegiales de la NCAA, muchos de los cuales luego serían superestrellas en la NBA. Entre ellos Grant Hill y Christian Laettner de la Universidad de Duke y James “Jim” Jackson de Ohio State además de Walt Williams y Clarence Weatherspoon. 

    Mientras que los caribeños mantuvieron su típica escuadra de talentos nacionales llenos de agilidad y fortaleza. 

    “Había muchas expectativas porque Estados Unidos trajo un equipo que en aquel momento eran jugadores de universidades pero que después casi todos fueron jugadores de NBA”, dijo Ruperto Herrera, presidente de la Federación Cubana de Baloncesto. “El baloncesto en el marco de los juegos era uno de los deportes que tenía más atractivo por la calidad que iba a participar. Fueron juegos que, aunque perdimos, pudimos emplearnos con determinada capacidad y sentirnos conformes”. 

    Sin embargo, el partido no estuvo exento de controversias, ya que durante el proceso del calentamiento Hill destruyó el tablero luego de un estrepitoso donqueo, lo que requirió reemplazar el mismo luego de largo retraso.

    Otro aspecto que creó cierta presión mediática fue el hecho que el Equipo Nacional de los Estados Unidos disputara sus partidos en territorio cubano, pero viajara a Estados Unidos luego de los mismos para practicar y descansar en Miami, en un intento por mejorar las comodidades de jugadores al borde del profesionalismo. 

    No obstante, catorce días después del juego inaugural llegó la revancha entre ambos quintetos, esta vez con la medalla de bronce en juego y con el protagonista del torneo hasta ese entonces Jim Jackson, quien promediaba 18.2 puntos, fuera de acción por una lesión en su tobillo.  

    Aún así, los Estados Unidos, con seis de sus jugadores anotando en doble figura volvió a superar a los locales 93-74.  Poniendo punto final a un torneo de pesadilla para los de casa quienes se fueron en blanco en cuatro salidas. La medalla de oro fue para Puerto Rico mientras que México reclamó la plata. 

    “Por eso decimos que habrá dos épocas en la historia de nuestra arquitectura: antes de los Panamericanos y después de los Panamericanos”. Había dicho el comandante en jefe Fidel Castro en su discurso de inauguración de los juegos y no se equivocó, desde entonces USA mantienen récord de 138-5 en partidos de olimpiada.

    Porque uno de los factores históricos más relevante de este partido, es que, a partir del mismo, los Estados Unidos de América optaron por confeccionar un equipo con el mejor talento de la NBA para sus compromisos internacionales, debutando en 1992 con el llamado Dream Team, que incluía a los jugadores de apellido Jordan, Bird y Thomas. 

    Por otro lado, “Nadie sabe cuán bueno el resto de mundo se está convirtiendo en el baloncesto.  La gente en los Estados Unidos quizás no lo entienda y solo darán excusas sobre por qué perdimos”, dijo Laettner luego del partido, en una nota publicada por William C. Rhoden en El New York Times el viernes 16 de agosto de 1991 y el tiempo le ha dado la razón con el dominio de EUA en el básquet mundial. 

     27 años después, veremos a cubanos y norteamericanos medir fuerzas en suelo cubano nuevamente, el próximo domingo primero de julio como parte de la tercera ventana clasificatoria a la Copa del Mundo 2019 en China. Cuba viene de un partidazo ante Puerto Rico donde se mostró revitalizada y altamente competitiva, mientras que los Estados Unidos llegan diligentes luego de su primer revés de la ronda cortesía de México.

     FIBA

     

     

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