ARG – “Uno contra uno” con Carlos Delfino, estrella argentina
Carlos Delfino surgió como crack allá por el año 2000. El mundillo del baloncesto argentino lo conocía, pero muchos no, porque apenas había jugado 14 partidos en la Liga Nacional de ese país. Sin embargo, en el Panamericano Sub 21 de Ribeirao Preto apareció en todo su esplendor para ayudar a la Argentina, que ...
Carlos Delfino surgió como crack allá por el año 2000. El mundillo del baloncesto argentino lo conocía, pero muchos no, porque apenas había jugado 14 partidos en la Liga Nacional de ese país. Sin embargo, en el Panamericano Sub 21 de Ribeirao Preto apareció en todo su esplendor para ayudar a la Argentina, que también integraba Luis Scola, a conseguir el título de campeón. Hoy muchas cosas han pasado. Medalla de oro olímpica, desembarco en la NBA y reciente paso a los Toronto Raptors.
Pinta para ser un año bisagra en tu carrera. Primero, hiciste un cambio importante en la NBA que todo indicaría te va a favorecer. Y después, una responsabilidad grande en cuanto a liderar a la nueva selección argentina.
Sí, estoy muy motivado. Pinta como un buen año. Tengo muchas ganas. El paso a Toronto para mí es una cosa positiva, vaya como me vaya. Si juego más o menos, bien o mal, lo que quería era salir de Detroit, no porque me trataran mal, sino porque estaba como enjaulado, con todas las posibilidades agotadas. Estaba desmotivado. El hecho de cambiar de aire, y encima a un lugar como Toronto, con muchos extranjeros y un entrenador que le gusta jugar con jóvenes, que no se ata a los jugadores, no se da todos los días. Es una oportunidad bárbara para cambiar. Además está el tema de la selección, que por el lamentable tema de las bajas va a ser una chance para jugar, tener más protagonismo y buscar el objetivo primordial que es la clasificación para los Juegos Olímpicos.
¿Qué te fue pasando por la cabeza cada vez que abrías un diario y te enterabas de una nueva renuncia en la selección para Las Vegas?
Y, cada vez que uno renunciaba pensaba que era un escalón más que teníamos que subir. Cada soldado que falta la hace más difícil. Este es un equipo que venía armado y siempre dije que cuanto más tiempo se pudiera mantener al grupo en el mismo nivel, más positivo iba a ser para la Argentina. Es verdad que se necesita un recambio y todo lo que quieras, pero si tenés una Ferrari 70 y el motor está bueno…le corro a un Mercedes 2000. Yo viví los últimos años, de hecho soy el más joven, pero cada vez que me enteré de una renuncia me dolió un poco y, al mismo tiempo, los respeto a todos.
Desde el que no puede jugar porque no le gusta al que está lesionado. O el que se quiere tomar un descanso. Cada uno tiene el derecho, las temporadas son cada vez más exigentes y la vida útil de un deportista es corta. No está mal que uno cuide la fuente y la herramienta de trabajo. Hay que respetar todo lo que le dio este grupo al país. Yo estaba seguro y muy motivado en jugar. Cuando estuve en duda no tuvo nada que ver con el cansancio, sino por otras cosas, más extradeportivas. Tenía algunas dudas por el tema de la rodilla, pero nunca dije me bajo. Sabía que llegado el momento iba a estar, porque me encanta jugar en la selección y para mí sigue siendo un orgullo ponerme la camiseta.
Le hago una pregunta a tu corazón, ¿te molesta que se hable tanto de los que no van y casi nada de los que van?
Sí, con todo el respeto que tengo por los chicos que no van, a nivel público o del hincha, no hace bien estar hablando todo el tiempo del que se baja. Creo que hay que apoyar al que está. Quién puede ir, quién se puede integrar…a mí no es que me molesta porque yo voy. Si no estuviera, diría lo mismo. Creo que estamos hablando de las bajas hace como tres meses, y seguimos con lo mismo. Me parece que lo sería más positivo decir éste va, éste también va… no ser tan negativo. No son celos. No necesito que me vengan a palmear la espalda, pero que uno se enterara que había gente de la Confederación Argentina viajando a tratar de convencer a gente que no quería o no podía ir, en vez de ir a ver a los que sí iban, son cosas que generan disconformidad, porque creo que hay que cuidar mucho a los que quieren representar al país. Cuando uno sabe que alguien no va, no hay que llorar tanto. Hay que buscar alternativas y dar un paso adelante.
Finalmente no hay tantos equipos que puedan presentar un plantel con vos, Scola o Nocioni.
Claro. Hay una cosa que es verdad, y es que si fuéramos con el equipo olímpico o de Japón y nos toca Estados Unidos en una semifinal, tendríamos los mismos problemas. Es un torneo un poco tramposo, tenés que estar esquivando al local en semifinales. Con los demás equipos estamos en un mismo nivel. Es cierto que con el plantel completo estaríamos por encima de algunos y generaríamos más respeto, pero los que vamos, si bien no vamos a tener la misma experiencia de la generación dorada, el talento y el hambre están. No es que los demás van a decir que vamos con nada. Vamos a dar batalla. Trataremos de hacernos fuertes e ir a buscar la clasificación para defender la medalla dorada. Hay sólo dos lugares, pero no sé si va a ser más fácil clasificarse en el repechaje, porque van a quedar colgados algún Alemania, algún Italia…va a ser más difícil que Brasil o Estados Unidos en este torneo.
¿Cuál sería la lectura positiva de las ausencias? Yo creo que, por ejemplo, vos vas a tomar un protagonismo que no tenías, Scola va a tener la oportunidad de ser el líder, Prigioni va a tener menos presión al no estar Pepe Sánchez. Se puede ver el lado positivo.
Si bien tanto Paolo (Quinteros) como Román (González), tienen más o menos la misma edad de los chicos que no van a estar, estamos buscando también la renovación de esta camada. Y ojalá que esta oportunidad que tengan los más jóvenes se pueda aprovechar. Y, como decías vos, algunos seguramente tendremos más protagonismo. Y por ahí surgen liderzagos naturalmente.
¿Hablaste con Scola por esta situación nueva en la que, un poco van a ser los nuevos líderes del equipo?
No, no pude. Pero quiero hablar con Luis, como también con Pablo (Prigioni) y con el resto. No sería malo que nos diéramos fuerza entre nosotros y alentarnos a conseguir algo importante. Hoy estamos a mano de mantener al equipo arriba, de inspirar a muchos chicos a que se vuelquen al básquet y eso es algo bueno. Por ahí se da por una situación que no es linda, como las renuncias, pero no deja de ser una oportunidad.
¿Qué te pasó cuando resurgió la oportunidad de que fuera Nocioni?
Genial. Mientras más estén, mejor va a ser. Tiene una experiencia y unos huevos bárbaros. Ojalá pueda estar para ayudarnos. Bienvenido ser para el grupo. Por lo poco o mucho que lo conozco, sé que va a dar que hablar. Aprieta los dientes y va para adelante.
Vamos a suponer que te dan la chance de hablarle a este nuevo grupo antes de comenzar las prácticas. ¿Qué te gustaría decirle?
Que todos tenemos que tirar para el mismo lado. Estamos los que estamos, somos los que somos y con esto hay que arreglarse. Va a haber talento, ganas y hay que darle para adelante. El básquet está dando mucho que hablar, la gente mira básquet, y por ahí hay que abstraerse de lo que digan los demás. Tenemos que llegar bien al torneo. No tenemos que darle importancia a los amistosos.
Ahora viene la pregunta incómoda. ¿Hablaste o no hablaste con Sergio Hernández?
Yo con Sergio tengo una buena relación. Lo aprecio mucho. Es muy carismático y nunca tuve un problema. Simplemente que en un momento yo recibí un mensaje de él, tarde, y después nunca más recibí una llamada. Yo, si no conozco el número de la persona que me llama, no atiendo el teléfono. Si lo conozco, atiendo. Con Sergio nos desencontramos, pero ya hemos hablado, aclarado el tema y no hay problemas. Cuando hablan algunos de que las renuncias son por él, yo jamás escuché nada y no creo que sea así porque el Oveja no es un tipo que haya caído mal en el grupo.
Descartas que haya bajas por a causa del entrenador.
No, es motivo de cada uno, pero no creo que ése sea un motivo central. Yo creo que no es ni mal tipo, ni mal técnico. Tiene su punto de vista, con el que puedes estar de acuerdo o no.
Hagamos de cuenta que mañana empieza el Torneo de las Américas. ¿Dónde creés que va a estar la clave para la clasificación?
Jugar cada partido como una final y ser inteligente, si se da la situación, en elegir un cruce. Es un torneo en el que tenés que jugar bien y tener suerte. Hay que ver todavía con qué va cada equipo. Estados Unidos y Brasil van con todo, pero a Puerto Rico y Canadá le faltan jugadores, Uruguay está en proceso de recambio…va a ser un torneo muy parejo.
¿Van con presión?
No creo, al contrario. Por el tema de las bajas, es todo motivación. Vamos de punto y hoy por hoy tiene más presión Brasil. Nosotros estamos tranquilos.
¿Qué te genera Brasil?
Y, es un clásico. Yo soy de Unión de Santa Fe y quiero jugar y ganarle a Colón, que es de la misma ciudad. Y esto es igual. Le quieres ganar a lo que sea. Es natural. Puede ser el rival a vencer en este torneo.
¿Si toca una semifinal contra ellos va a predominar el mejor plantel o el clásico puede superar a eso?
Ojalá el clásico no supere a lo que se va a estar jugando. Vamos a tener que ser inteligentes si se da ese caso.
Otro punto clave es no descuidarse con los rivales supuestamente más débiles.
Sí, eso es fundamental. Ya pasó en el Torneo de las Américas pasado, que perdimos con Venezuela. Va a ser importante no dormirse y no pensar que somos más que nadie.
Si se clasifican, ¿es una situación incómoda para la convocatoria del año que viene?
No, ¿por qué?
Y, porque muchos piensan que los que vayan ahora no deberían ser desplazados luego por los que ahora renunciaron.
No, no debería ser así. Si nos va bien, va a favorecer para el año que viene pelear un puesto en el equipo, pero siempre hay que hacer lo mejor para tener un lugar en el grupo.
¿En algún momento en estos meses sentiste la situación de pensar que esta generación podría perderse los Juegos?
Sería algo durísimo. Algo que nadie lo quiere pensar. Tenemos que tratar de evitarlo. Y el primer paso es jugar este Torneo de las Américas con todo. Porque costó mucho llegar acá. Sería la peor pesadilla para los que amamos al básquet.