Clase de 2017 del Salón de la Fama FIBA: Toni Kukoč

MIES (Salón de la Fama FIBA) - Uno de los jugadores más influyentes en el baloncesto europeo, internacional y de la NBA; Toni Kukoč, estará recibiendo el honor de ser incluido en el Salón de la Fama FIBA en 2017.

Kukoč, que fue nombrado como uno de los 50 Mejores Jugadores de FIBA en 1991, es uno de los seis exjugadores que serán exaltados al Salón de la Fama, uniéndose así a nombres de la talla de Shaquille O’Neal (Estados Unidos), Mickey Berkowitz (Israel), Pero Cameron (Nueva Zelanda), Razija Mujanović (Bosnia y Herzegovina) y Valdis Valters (Latvia). A ellos se le suma el gran entrenador Dušan Ivković (Serbia). Fueron seleccionados de una lista de más de 150 candidatos.

El alero de 2,08m dejó su huella dondequiera que jugó, gracias a su estilo emocionante y a su cualidad de líder, lo que le trajo numerosos títulos tanto a nivel de clubes como nacional.

Nacido en Split, Croacia, Kukoč creció jugando en el Jugoplastika, donde desarrolló un estilo de juego que se convertiría en la inspiración de las generaciones venideras de jugadores. Era un ala-pívot alto y larguirucho con una visión del tablero y unas destrezas de pase excepcionales. También podía correr la cancha, terminar y tirar bien desde afuera. 

Ganar era el día a día de Kukoč, incluso desde una edad temprana. Ayudó a que Yugoslavia consiguiera el título en el Campeonato Europeo Sub-16 de Baloncesto FIBA de 1985, y en el Campeonato Europeo Sub-18 Europeo del año siguiente.  También fue parte de los campeones de la Copa del Mundo de Baloncesto Sub-19 FIBA de 1987.

El éxito le persiguió al nivel adulto. Kukoč debutó en el FIBA EuroBasket en 1987, ayudando así a que Yugoslavia lograra el tercer lugar. Luego llegó al máximo lugar en el podio europeo en 1989 y en 1991. Pero su artillería pesada no se limitó a Europa. Kukoč y el equipo yugoslavo consiguieron la plata en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, y el oro en la Copa del Mundo de Baloncesto FIBA de 1990 en Argentina. Luego de la desintegración de Yugoslavia, Kukoč entonces ayudó a que Croacia lograra la medalla de plata en las Olimpiadas de Barcelona de 1992, donde en el partido por el oro perdieron contra el Dream Team (Equipo de Ensueño) de los Estados Unidos.

“Si ese equipo (yugoslavo de 1988) hubiera permanecido junto y hubiésemos jugado contra el Equipo de Ensueño, no digo que hubiéramos ganado el juego, pero sí hubiera sido un jugo muy, muy interesante. En ese equipo había ocho, quizás nueve jugadores de la NBA. Éramos buenos, nos conocíamos bien”, dijo Kukoč sobre el juego por la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, según se cita en el sitio web de los Chicago Bulls.

Mientras tanto, Kukoč también fortalecía su legado en Jugoplastika. Luego lideró a este club de Split a tres campeonatos Euroliga consecutivos de 1989 a 1991. Después, ganó un título de la Liga Italiana (1992) y una Copa Italiana (1993) junto a los gigantes italianos del Benetton Treviso, con quienes además llegaron a la final de la Euroliga 1993.

Luego en 1993, Kukoč dio el salto a la NBA cuando fue reclutado en 1990 por los Chicago Bulls. Se unió a los Bulls luego de que Michael Jordan acababa de culminar su tricampeonato y se había retirado. Jordan regresó al final de la segunda temporada de Kukoč y los Bulls ganarían tres campeonatos de la NBA consecutivos adicionales de 1996 a 1998. 

Kukoč fue uno de los pocos jugadores que construyó una carrera sumamente exitosa en Europa y luego hizo lo propio —o incluso llegó a hacerlo mejor— en los Estados Unidos. Después de que Jordan se retirara y que los Bulls comenzaran una etapa de renovación, Kukoč se mantuvo en Chicago por otra temporada y media antes de estar un tiempo en los Philadephia 76ers (2000-01), en los Atlanta Hawks (2001-02) y finalmente, cuatro años con los Milwaukee Bucks (2002-06). Luego, se retiró. 

La Clase de 2017 del Salón de la Fama FIBA será investida durante una ceremonia especial en la Casa del Baloncesto —la sede del organismo regente del baloncesto mundial en las afueras de Génova, Suiza— el sábado, 30 de septiembre.

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