Clase de 2017 del Salón de la Fama FIBA: Mickey Berkowitz

MIES (Salón de la Fama FIBA) - Mickey Berkowitz, una leyenda del baloncesto israelí, será honrado con la investidura al Salón de la Fama FIBA en el 2017.

Berkowitz, una de las mayores figuras de la historia del baloncesto europeo,  está entre los seis exjugadores que serán exaltados al Salón de la Fama, uniéndose así a nombres de la talla de Shaquille O’Neal (Estados Unidos), Mickey Berkowitz (Israel), Pero Cameron (Nueva Zelanda), Razija Mujanović (Bosnia y Herzegovina) y Valdis Valters (Latvia). A ellos se le suma el gran entrenador Dušan Ivković (Serbia). Fueron seleccionados de una lista de más de 150 candidatos.

El jugador oriundo de Kfar Saba cargó la antorcha de su deporte en su patria durante mucho tiempo, lo que lo llevó a sus momentos más gloriosos.

En el EuroBasket de 1979 celebrado en Italia, Berkowitz promedió unos sorprendentes 23.6 puntos por juego, y así Israel aseguró la medalla de plata: el logro más alto conseguido por el país en lo que va del calendario de baloncesto internacional en 2017. Logró unos 17 puntos cruciales en la victoria 77-76 de Israel sobre los campeones vigentes yugoslavos, que también eran los campeones regentes del mundo. Berkowitz fue nombrado el Jugador Más Valioso del torneo.

En 1974, Berkowitz e Israel llegaron al escalón más alto del podio en los Juegos Asiáticos.

En el frente doméstico, Berkowitz no tenía comparación en Israel: logró 19 coronas de la Liga. Pasó la mayor parte de su carrera como la punta de lanza del Maccabi Tel Aviv, un club con el que ganó 17 Campeonatos Israelíes y dos Euroligas en 1971 y 1988.

Berkowitz siempre estaba ganando algo, ya fueran ligas, copas o reconocimientos individuales. Cinco veces fue un All-Star europeo.

También vistió los uniformes del Maccabi Rishon LeZion (1988-1993), Hapoel Jerusalem (1993-1994) y el Hapoel Tel Aviv (1994-1995).

Aunque Berkowitz era reconocido por sus anotaciones, los fanáticos también observaban incrédulos otros aspectos de cuando entraba en el tabloncillo. Tenía una agilidad felina y la habilidad de correr a la pintura cuando le pareciese. Era una amenaza constante para sus rivales, incluso en la defensa, donde siempre formaba un caos con sus robos.

Parecía como si Berkowitz tuviera un instinto para saber cómo se desarrollaría una jugada, y hacía el pase que llevaría a otro pase que luego resultaría en un canasto. Por lo regular era el primero en llegar a los balones sueltos o los rebotes.

Si un juego pendía de un hilo y los últimos segundos estaban descontándose del reloj, los compañeros de equipo sin falta procuraban a Berkowitz e intentaban alcanzarle el balón. Era intrépido y siempre asumía la responsabilidad en los momentos más difíciles de la competencia.

Cuando se le dijo que sería incluido en el Salón de la Fama FIBA —y el primer jugador de baloncesto israelí que entraría—, Berkowitz irradiaba orgullo.

“Estoy muy entusiasmado”, dijo para el Jerusalem Post. “Esto es un gran honor para Israel, el baloncesto israelí y para Mickey Berkowitz. Al principio no lo creía. Estoy contento de que me otorgaran un lugar entre los mejores jugadores baloncesto de todos los tiempos”.

La Clase de 2017 del Salón de la Fama FIBA será investida durante una ceremonia especial en la Casa del Baloncesto —la sede del organismo regente del baloncesto mundial en las afueras de Génova, Suiza— el sábado, 30 de septiembre.