Daniela González sueña despierta
Tiene apenas 17 años y toda una carrera por delante. Sin embargo, Daniela González ya es una de las jugadoras destacadas del seleccionado absoluto de Colombia.
Tiene apenas 17 años y toda una carrera por delante. Sin embargo, Daniela González ya es una de las jugadoras destacadas del seleccionado absoluto de Colombia. En los 180 centímetros de altura de la pivote se entremezclan la agresividad y soltura que muestra en la cancha con la timidez al momento del diálogo. González viene de ser una pieza fundamental en la obtención del título en el Sudamericano U17 de Barranquilla, torneo en el que fue elegida como la jugadora más valiosa. “Hace 8 años que Colombia no conseguía ser campeón en esa categoría, así que eso se disfrutó mucho. El premio individual como mejor jugadora es algo lindo, pero lo más importante fue la consagración del equipo”. Daniela no tuvo tiempo para disfrutar de esa alegría, ya que la inmediatez de las necesidades del conjunto colombiano la depositó en el equipo mayor. “Es muy satisfactorio ya que puedo representar a mi país no solo en mi categoría sino con el seleccionado mayor. Me llevo mejor con las compañeras de esta selección que está aquí en Bahía Blanca que con las de mi categoría. Este es un equipo muy unido y hay mucha armonía. Todas me recibieron bien y me incluyeron al grupo”, dice González.
El vínculo de Daniela con el básquetbol no fue una elección propia. Su búsqueda iba hacia otro deporte, pero una recomendación la hizo cambiar de actividad: “Cuando era chica quería jugar al vóleibol, pero a los 10 años estaba un poco pasada de peso. Entonces, me sugirieron que me metiera al baloncesto para adelgazar y después sí podría volver a entrenar vóleibol. Pero con el tiempo empezó a gustarme cada vez más el baloncesto, no quise salir y sigo acá”.
Más allá de sus formadores y entrenadores, la joven pivote escucha especialmente los consejos de su padre. Es que Luis Fernando González fue futbolista en Once Caldas y le transmite las experiencias vividas en el mundo deportivo. “Mi papá es mi guía. Quisiera seguir su camino. Él siempre está atento a mis partidos y me comenta lo que observa de mis actuaciones”, cuenta Daniela.
González juega en la Liga del Valle y representa a Nativos Basketball Club de Jamundí, Valle del Cauca. Allí es donde comenzó a practicar básquetbol. Cuando no hay competencia, se entrena por su cuenta y con el seleccionado. Al mismo tiempo, continúa con su educación, aunque la hiperactividad con los seleccionados colombianos la ha hecho ausentarse más de lo esperado: “Estaba estudiando en undécimo grado, en la educación media, pero con todos los torneos que he tenido no pude asistir al colegio así que creo que este año no lo paso”.
Daniela busca que sus próximos pasos en el camino del básquetbol la lleven a Estados Unidos. Allí ya participó de campamentos organizados por la NBA para detectar talentos jóvenes. “Fue una experiencia chévere porque estuve con personas de otros países, aprendiendo mucho. Me han ofrecido varias becas, pero quiero analizar bien para elegir la mejor opción. Quisiera poder estudiar y jugar en Estados Unidos y luego tener la chance de ser profesional en la WNBA”.
Sin embargo, el baloncesto no es lo único que Daniela González ve en su horizonte. Hay otra profesión que la seduce desde pequeña: “Cuando sea grande deseo ser policía, siempre ha sido mi sueño. La mayoría de la familia por parte de mi papá ha sido policía, pero más allá de eso es algo que siempre me gustó”.
Mientras se debate entre sus planes a futuro, el presente ubica a Daniela en el Pre-Clasificatorio Olímpico en el que Colombia confirmó su buen momento al vencer a Argentina en el inicio del torneo. Más allá de los resultados, González ya considera un premio grande poder competir aquí y tener la chance de medirse ante las jugadoras estadounidenses que tiene como referentes: “Estoy emocionada por la oportunidad de enfrentarme a este equipo de Estados Unidos con tantas jugadoras campeonas mundiales y olímpicas. Ese partido es muy importante para aprender y ver cómo es el nivel de juego de ellas. Especialmente, poder jugar contra Diana Taurasi, a quien admiro porque lo tiene todo, es una máquina. A la que también me gustaría conocer, que no vino aquí, es a Elena Delle Donne”.
El básquetbol femenino avanza en Colombia y no para de crecer. Tiene un grupo de jugadoras jóvenes que generan esperanzas. Así lo vive González: “Se está desarrollando muy bien. No recibimos tanto apoyo como el que deberíamos pero, de todos modos, sin que eso nos importe, tenemos que seguir progresando”.
Daniela González mira hacia adelante. Desde su altura tiene un gran panorama de su futuro. Ella sueña despierta con conseguir todo lo que se propone. Tiene con qué.
Pablo Cormick
FIBA